Cuando me dirijo a un campeonato me asaltan las dudas. ¿Qué haré? ¿Cómo saldré? ¿Cómo correré? ¿Haré marca personal? ¿Estaré descansado?
Hay muchas preguntas que van rondando la cabeza que no hacen más que drenar la energía.
Yo he llegado a ciertas conclusiones que me repito una y otra vez, como un mantra, para estar preparado, con la mentalidad correcta en una competición.
1.- No debo demostrar nada a nadie ni a mi mismo tampoco. Simplemente haré una buena carrera. Seguramente no será la mejor, pero sí será buena.
2.- Confío en el trabajo que he hecho durante toda la temporada. Lo que he entrenado es lo que se verá reflejado en la pista. Nada más. Y si no he trabajado bien, pues tampoco he de esperar mucho.
3.- Voy a pasarlo bien, y no me voy a centrar en detalles técnicos. Voy a colocarme lo más cómodo posible y correré como mejor me salga. Fuerte, pero suelto.
4.- Voy a hacer mi carrera. No me importa quién me gane o a quién gane, porque mi único adversario soy yo. Todos los que compiten se lo han currado y se merecen mi respeto.
Cuando interiorizo esto, me quedo tranquilo, me siento bien, y corro bien.
